miércoles, agosto 16, 2006

...

Te encontraré en los muros del alba moribunda
Y hasta entonces te podría decir que
Estoy cansada de esperarte en la caída de las estrellas.
Te encontraré en la peste de un muerto
Enterrado en la bisectriz de mi muñeca
Y solo así te diré
Que estoy agotada de hablar con la aurora mutilada
En las conversaciones de café y astros hirientes y galletas,
de interrumpir las discusiones de las flores secas
y de los pájaros estúpidos que se estrellan en la ventana.
El tiempo ha mandado a las benditas arañas
A tejer niebla en mi corazón,
Estoy cansada de ver mil caras
En los agujeros más nocturnos que el día puede esconder.
Estoy cansada de tener que doblegarme
Hasta donde la impaciencia duele
Y duerme la falsa esperanza
O la inoportuna coincidencia.
El último bostezo de las horas
Que me vieron hacer nada
Emergió del silencio más sagrado
Cuando aguardaba para beberte el alma
Y hoy estoy discutiendo con el rastro
Que no has dejado
En un país al que no volverás
Por que jamás conociste su tierra.
Estoy exhausta del placebo del amor
Que miente a la izquierda de mi pierna
Y del más sutil engaño que revienta mis párpados
En un ciento de ilusiones sin nombre
Que tu solo puedes decir.
Entonces sí estás
olo así te diré
Que estoy cansada de abrirme la carne con la misma navaja
Y de caer en la sangre de mi último cansancio.