miércoles, abril 12, 2006

La Saeta

"¡Oh, no eres tù mi cantar!
¡No puedo cantar ni quiero
a ese Jesùs del madero
sino al que anduvo en la mar!
-Joan Manuel Serrat, La Saeta.
No es que ponga en duda la trascendencia de La Pasiòn, ni històricamente, ni desde su punto de vista mìstico, cultural o incluso filosòfico, porque despuès de todo, el manejo tradicional que se le da como acto de amor sublime de Jesùs para con sus Hermanos, es una de las mayores muestras de amor que se han dado en la historia de la humanidad. Como alegorìa de la capacidad de sacrificio, me parece muy vàlido e incluso conmovedor.
Sin embargo, hay otra cara de esto: la Iglesia nos ha venido a poner la muerte de Jesùs como un "ejemplo" de que en esta vida solo el sufrimiento es grato a los ojos de el Señor. Esto me parece una doctrina aberrante, pues ¿Què dios demente darìa a sus criaturas la capacidad de gozar, si esta capacidad representa una ofensa a sus ojos? ¿Què sentido tiene el potencial de razonar, amar, excitarse y esas cosas que la Iglesia (mejor dicho: las iglesias) condenan, si ello està prohibido? ¿Dios nos dio esas cosas solo para ufanarse y decir: "veamos quièn es el que puede resistirse"? Eso me parece la filosofìa de un dios enfermo, pues una cosa me queda clara: a pesar de que no soy budista, pues tengo muchas diferencias con respecto a sus principios (aunque reconozco que es el camino espiritual màs "abierto", toda vez que en sus fundamentos no se proclaman poseedores de la verdad), estoy de acuerdo en que toda criatura vino a este mundo a una sola cosa: ser feliz. Buscar esto deberìa ser la prioridad para toda criatura, y tantos caminos hay para ello, como seres humanos existen. Ese creo yo es el mayor error que la gente tiene, desde mi punto de vista, con respecto a la conmemoraciòn de la Pasiòn de Jesucristo.
Y ya como comentario final, una reflexiòn: ¿No tendrìa mucha mayor trascendencia saber què hizo Cristo con su vida, y tratar de imitarla, que recordar el inhumano trato que se le dio a la hora de su muerte? Insisto: no hago menos la trascendencia y enseñanza mìstica al respecto, pero puestos a elegir, prefiero profundizar con lo que Jesùs hizo en vida.