miércoles, noviembre 29, 2006

Marte y Venus en la Atlántida (Décimo Primer Agarrón de Escándalo)

Entregado a la vida civil, Marte dedicaba su tiempo a viajar por el mundo, siempre bajo la estricta vigilancia de INTERPOL. Aun sin su màscara, la identidad del gladiador estaba a buen resguardo, gracias a las gestiones y diligencias del Director General, buen amigo de Marte, aunque este no lo recordase.
Pese a sus esfuerzos por distraerse, lo cierto era que el recuerdo de aquella noche pasada bajo la piel de Venus aun quemaba su mente y su alma. Siendo de naturaleza melancòlica y con sensibilidad para el arte, intentò refugiarse en la expedición de los grandes tesoros culturales, naturales y artìsticos del mundo. Asì, visitò las pirámides de Egipto, la Torre Eiffel, las cataràtas del Niàgara, y todo aquel lugar que tuviese fama en el mundo por su riqueza y espectacularidad, mas nunca pudo conseguir alejar de su mente aquella terrible noche, la màs feliz de su existencia.
Al comprobar que el arte y la naturaleza no consolarìan su espìritu, se dio a la tarea de hallar a alguien que borrase con su cuerpo aquel recuerdo maldito y querido que le consumìa. Intentò todas y cada una de las variantes del placer con las mejores amantes del mundo. Se dejò arrebatar en una vorágine de perversiones y licencias que jamàs se hubiera permitido durante su vida como luchador. Cuando se dio cuenta de que el amor comprado jamàs se acercarìa a aquello con lo que Venus lo habìa intoxicado, intentò enamorarse de alguien que expulsase a Venus de su alma para siempre. Para su desgracia, la huella de aquella terrible mujer parecìa ser indeleble, pues aunque en todos sus intentos hallò ternura, inteligencia, o todas las cualidades deseadas por cualquier hombre en una mujer, ninguna se acercaba a aquel misterioso embrujo con el cual Venus habìa poseìdo su alma. El otrora enmascarado estaba a punto de sucumbir ante la desesperación y la acuciante necesidad de encontrar a Venus.

Fiel a su costumbre, Venus se convirtió en la mejor en aquello que hacìa. Vendìa sus caricias al mejor postor, y estos indefectiblemente quedaban satisfechos de su compra. Sin embargo, rara vez permitìa que algún cliente gozara con sus artes amatorias màs de una vez. Disfrutaba, como en antaño, saberse poseedora de ese inexplicable poder que toda mujer ejerce sobre el sexo opuesto, gozaba con la agonìa causada a sus clientes.
Cierta ocasión se acercò a ella un parroquiano del burdel donde prestaba sus servicios. Se trataba de un hombre corpulento y bien vestido, con un traje italiano de corte exquisito. La penumbra del lugar no permitìa ver su rostro, pero alguien con la perspicacia de Venus podìa adivinar sus facciones esuchando su voz gruesa, segura de sì, cuando lo escuchò hablar.
El sujeto pagò lo convenido para llevarla a un hotel, y tener su atención por el resto de la noche, como si sintiera desprecio por el dinero. Algunos ebrios miraban a la pareja sin disimular su envidia. Venus acompañò al caballero a un lujoso auto que le agurdaba a la salida, pero aun bajo las luces de la ciudad, fue imposible mirarle el rostro, que el sujeto parecìa esconder sistemáticamente bajo las sombras.
Camino al hotel no hablaron una sola palabra. A cualquier otra compañera de oficio, la situación le habrìa parecido irregular y peligrosa, pero para Venus era una especie de reto. Se preguntaba si en aquel hombre encontrarìa lo que, sin aceptarlo ante ella misma, estaba buscando desde la derrota con Marte.
Bajaron en un hotel de mala muerte, algo contrastante con el derroche que el sujeto habìa exhibido durante la noche.
-¿Esos desplantes eran fanfarronerías, amor? –preguntò Venus con sarcasmo. El sujeto se limitò a tomarla del brazo, casi arrastràndola a la habitación, cubierto en todo momento por las sombras. La joven tuvo que ceder ante el forcejeo, pero lo cierto era que la curiosidad tambièn la arengaba a seguir adelante con tan peligrosa aventura.
-Espera –dijo el hombre por fin. Era la primera vez que habrìa la boca desde que habìan salido del antro. Venus estaba lista para cualquier cosa, y si el sujeto ese pretendìa obligarla a hacer algo con lo que ella no estuviese de acuerdo, peor para èl.
Las luces se encendieron de pronto. La mujer sintiò vèrtigo por lo repentino del cambio. Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, pudo enfocar al cliente, que finalmente aparecìa ante su vista sin sombras que lo guarecieran. Llevaba, en efecto, un finìsimo traje hecho a la medida, el cual difícilmente ocultaba sus poderosos músculos listos a estallar en cualquier momento. Unas manazas de uñas recortadas cuidadosamente, eran el final de aquellos brazos capaces de asfixiar a un toro con relativa facilidad; pero lo que aumentò el vèrtigo de la chica era el rostro de aquel gigante, que se ocultaba detràs de una màscara roja bastante similar a la de su odiado rival, salvo que el color de esta era màs oscuro, y tenìa un par de cuernos simulados en la frente. Estuvo a punto de gritar, pero su legendaria entereza y carácter la detuvieron.
-Estuve buscàndote por meses –dijo el enmascarado con una voz que no podìa ser la de Marte –para proponerte un negocio.
Pese a la desconfianza, Venus le permitiò hablar. El hombretòn comenzò presentàndose: se hacìa llamar “El Toro”, y básicamente necesitaba de Venus para llevar a cabo cierto proyecto en el que estaba trabajando.
-Se supone que estàs muerto –respondiò Venus cuando El Toro terminò su explicación.
-Es una buena treta cuando te dedicas a negocios como el mìo… -respondiò el enmascarado con una sonrisa siniestra. Venus le dio la espalda antes de reponder.
-Conmigo no cuentes. El crimen no me interesa en absoluto, y no porque tenga objeciones morales al respecto., sino simplemente, porque solo recurrirè a el si me conviene.
-Ese es el punto, querida –respondiò El Toro –permìteme presentarte al Dr. Cerebro, piedra angular de nuestro proyecto…
De una puerta emergiò un hombrecillo en bata, mismo que le dio los pormenores del plan que pretendìan llevar a cabo: utilizando el poder de ciertos volcanes submarinos, revivirìan la legendaria Atlàntida, que utilizarìan como un gigantesco generador para amenazar a las grandes potencias, y tenerlas bajo su dominio. La supuesta muerte de El Toro era una pantalla perfecta para trabajar en las sombras, pero seguramente INTERPOL los descubrirìa tarde o temprano. Como si adivinara la pregunta que revoloteaba en la cabeza de Venus, El Toro explicò su participación en el asunto:
-Un viejo conocido tuyo seguramente vendrà tras de nosotros. Aquel que te despojo de todo cuanto te importaba en la vida, y creo que eres tù la ùnica que lo puede enfrentar…
-¡Marte! –gritò la chica con un brillo de odio en sus ojos. El Toro sonriò.
-Creo que disfrutaràs trabajando aquì…

CONTINUARÁ...

3 Comments:

Blogger Paty said...

Mi querido Rex, siento que no haya habido cafecito este año, pero te dejo un graaan abrazote con mis mejores deseos y todas las bendiciones. TQM. Eres un gran amigo y aunque he tenido que ausentarme mucho, leo tus mails y estoy al pendiente. Cuídate y mucho éxito para este año 2007!!

10:52 p.m.  
Blogger soloyloco said...

bueno ya, ya, pasó eso del año nuevo la navidad y las fiestas, pero ¿que pedo con marte y venus?

12:33 a.m.  
Blogger manojO° said...

me gusta lo que dices...

12:08 a.m.  

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